Lejía
Prepara una solución con agua, un poco lejía de cloro y detergente para blanquear ropa. Busca un recipiete en el que quepa el escurridor y déjalo sumergido en la solución durante un rato. Pudes frotarlo luego con un estropajo o un cepillo, y para las manchas en los lugares inaccecibles puedes utilizar un cepillo de dientes o un palillo de oídos... Luego enjuaga bien para que la lejía se elimine. Si no resulta la primera vez, repítelo para que blanquee por constancia.