Un pulido perfecto de los pisos comienza con una limpieza profunda y profunda. Como se mencionó anteriormente, cada superficie necesita atención específica basada en el tipo de material. Por ejemplo, los pisos de mármol o parquet deben tratarse con extrema delicadeza, ya que tienden a rayarse fácilmente y se vuelven opacos con el tiempo.
En cualquier caso, cualquiera que sea el material del que está hecho el piso, no se recomienda el uso de productos químicos tradicionales, como el blanqueador y otros tipos de detergentes agresivos, que pueden causar un efecto corrosivo. Por esta razón, es preferible recurrir a soluciones naturales muy simples, para preservar mejor la belleza estética de las superficies.
Si la suciedad no es excesiva, es posible lavarla con agua tibia, sin agregar productos químicos adicionales que podrían arruinar la superficie del piso. Bueno, sí, esto permite no deteriorar aún más el revestimiento externo y al mismo tiempo eliminar la suciedad menos exigente. Por otro lado, si desea realizar una desinfección completa de las superficies, es recomendable verter también dos cucharadas de bicarbonato de sodio, aproximadamente medio vaso de sal y una pequeña cantidad de jabón neutro en el agua.
Alternativamente, puede usar el jabón de Marsella común, conocido por su alta efectividad como limpiador de pisos, un producto no agresivo y, sobre todo, ligeramente abrasivo.
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