El trato recibido por el responsable de este despacho ha sido denigrante, ha actuado con una prepotencia y soberbia máxima, se ha quedado un dinero nuestro sin justificar, nos ha dejado sin respuesta a los emails y encima nos amenaza, es una especie de ser superior encima del bien y del mal y parece que no queda otra que tragar.
No son las maneras ni los valores ni la ética que debe tener una empresa hoy en día, no todo es el dinero, primero de todo en una empresa que quiera estar a la altura de las circunstacias y de lo que se va a demandar en un futuro ha de cuidar sus relaciones con las personas que trata. No somos mercancia.